Lectors

viernes, 14 de marzo de 2014

Quería proponerte una sinergia…

Antes de comenzar con la cuestión quizá deberíamos definir sinergia: dícese de la circunstancia en la cual dos intereses confluyen y trabajan conjuntamente sin intercambio alguno de dinero en la mediación. Puede ser que el objetivo común sea ganar dinero, pero en estos tiempos de crisis la gran mayoría de las propuestas se basan en estructuras ya existentes, en material no tangible, que no es que sea barato; es que no tiene coste, que es distinto.

Desde 2008 las propuestas de sinergia a La Guia han aparecido a razón de dos o tres por semestre. Puede que el acopio de información haya motivado a muchos a acercarse, pero como las crisis tergiversan cualquier significado, la mayoría de las veces no era una sinergia, sino una toma subrepticia de energía ajena sin  intercambio alguno de dinero, por supuesto. Por eso para nosotros, la palabra sola ya motiva al menos sonrisas, y si comenzamos a recordar casos llegamos a las carcajadas.

La Guia conlleva ciertos requisitos que la convierten a menudo en una hermanita de la caridad. Muchas bodegas escuchan consejos que ponen después en práctica, pero a nosotros no se nos ocurre siquiera cobrar por ello, ya que pondría en entredicho la edición siguiente si trascendiera. Y este sector es un mentidero en el que hay un montón de porteras corriendo por ahí, así que tardaría lo mismo en saberse que si lo publicáramos en la primera página de La Vanguardia. No siempre es negativa esta condición: vale la pena tenerla en cuenta cuando quieres que se sepa algo en concreto, sólo tienes que decir “no se lo cuentes a nadie, a ti te lo digo en confianza: ¿somos amigos, no?”, y ya sabes que en una semana lo sabe todo cristo.

Esos mentideros están llenos de cabezas que van pensando por dónde tirar p’alante. No hay que confundir tirar p’alante con avanzar, son cosas que no tienen por qué ir de la mano. De hecho, casi no se conocen una a la otra, aunque semánticamente generan una confusión que muchos utilizan en provecho propio. Tirar p’alante es seguir reptando, poco más. El contenido es aleatorio por completo. Es darle una patada a la pelota para poder seguir corriendo tras ella. La portería no importa nada, de momento; no hemos pasado ni de medio campo aún. El cutretexto de esta canción retrata a este colectivo bastante poéticamente; sobretodo el estribillo...




En todos estos años hay bastantes personas que han pensado en el fondo de información de La Guia para seguir reptando. Pero es un fondo de información por el que no se debía pujar; ¿para qué? ¡Si son tan tontos que lo publican! Las propuestas han sido muy variopintas, algunas para mearse de risa:


- Debido a nuestro contacto con un montón de bodegas y a los actos que organizamos a menudo para vender y promocionar vino catalán, un profesional del sector nos vino a ver una vez a una de las sesiones de cata. Nos proponía que colaboráramos en la contratación de espacios para la feria de Sabadell. El argumento para que le ayudáramos era que el se lo “jugaba todo”, y el pago, un stand para vender libros y una ponencia. Obviamente, no colaboramos.

- Por participar en los recientes premios del concurso vinari como parte activa, diseminado de manera anónima todo el equipo entre los grupos de cata, pero aportando el recorrido de cinco ediciones y 8000 vinos catados, la compensación era de 800 € en publicidad en el medio afín al concurso, y no pagar el cubierto el día de la gala. Obviamente, dijimos que no nos interesaba.

- Una de las más memorables vino de Guia del Ocio. Nos propusieron una colaboración, según decían, por el carácter único del banco de datos que teníamos nosotros, y por el enfoque que le habíamos dado a la cuestión del vino catalán. Nosotros hicimos una propuesta generalista, hablar de variedades y de tipos de vino en cada zona catalana en un artículo que propusiera varias marcas representativas de lo que se estaba explicando. “Lo pensamos y os respondemos”, dijeron. Y en efecto respondieron que no tenían presupuesto para los artículos, que esto debía plantearse como una sinergia, y que la contrapropuesta era un artículo por número que fuera la “crítica” de un restaurante (que pagaba, of course), maridando sus platos con vinos de una sola bodega por mes (que también pagaba). La respuesta ya fue NO por el contenido, antes incluso de preguntarle qué obtenía La Guia de un trato así: “hombre, no tendrías que pagar en los restaurantes”… No acabó bien, está claro, ¿verdad?

- En otra ocasión nos abordó en una feria un hombre con barba y gafas, cuyo nombre no recuerdo, que tenía una web de vino catalán: tampoco recuerdo el nombre, pero podría ser vinum, catvinum, vinarius, bacchus, vinis, divinum, o cualquier latinajo completamente previsible y cutre, como todos los latinajos relativos al vino, que por sobados hacen bostezar hasta a las ostras. Su propuesta, ya en primer término, era una sinergia: él se había comprado La Guia -¡oh, maravilla!- y después de hojearla nos proponía que nosotros le hiciéramos un Excel con tooooooda la info de toooooodos los vinos que él tuviera a la venta en su web, para que él la incluyera en la plataforma cochambrosa y llena de caspa que tenía volando por ahí ¿Beneficio para La Guia? la difusión ¡Hombre! Un taco de visitas, sacaríamos muchísimas ventas de un lanzamiento así. Esta vez acabó con una respuesta lacónica, pero educada. “Te autorizamos a poner la nota y la fuente de donde la has sacado, pero nosotros no te haremos el trabajo”. Ni siquiera sé si lo hizo, nunca he entrado en esa web que me enseñó como si fuera la de la nasa, nunca conseguí retener ni cómo se llamaba.

Sólo son algunos ejemplos. Pero es que podría escribir una novela con todo lo que nos ha llegado en estos seis años. Así que si alguien, en plena crisis, os ofrece una sinergia, redefinid la palabra adecuándola a los tiempos que corren: quiero algo de ti que no te puedo pagar, y te ofrezco a cambio una nube de humo, por no decir una mierda pinchada en un palo.

Nosotros colaboramos muy a menudo de manera desinteresada en bastantes cosas por las cuales no obtenemos nada a cambio ni queremos obtenerlo. La palabra mágica para que lo hagamos es decencia, o respeto por el trabajo ajeno, o conciencia de que no se tiene mucho que ofrecer a cambio. Basta con eso, pero la verdad es que no hay mucha gente con calidad para enfocar las cosas desde el punto de vista correcto.

Por cierto, no hay que creerse lo que dicen por ahí: los tiempos no han cambiado, la crisis sigue machacando todo lo que encuentra a su paso. Por eso las sinergias aún están de moda, y ahora, entre el equipo, tienen el poder de generar una sonrisa cuando aparece la palabra en una conversación. Mejor aún, es bastante más que una sonrisa cuando desaparece el interlocutor.

2 comentarios:

  1. Hombre Jordi,

    Si no te pareció justa la oferta, podrías haber contraofertado. Al final si me jugué todo... y ganè, fue la mejor edición de Catavins Sabadell de la historia.

    Si yo hago cuentas de las "sinergias" contigo podría decir:

    - He estado catando, en una sesión de vuestras catas, gratis.
    - He publicado en mis redes sociales fotos de vuestros eventos y anuncios de los mismos, gratis.
    - He recomendado a algunas bodegas que presentaran vinos a vuestra guIa, gratis.
    - He recomendado a dos bodegas que participasen en vuestros eventos, gratis.

    A cambio contaba con tu amistad y la de Silvia, para mi era suficiente...

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  2. Juan Manuel, la diferència és que yo nunca he tasado el valor de tu trabajo y tu si el del mío. Y a toro pasado es evidente que una gestión comercial cómo esa no se pagà con un stand de 700€.
    Yo también he hablado con un par de bodegas de tu trabajo con ellas, además te consta: pero eso no es precisamente una sinergia. Quizá porque tu nunca me lo pediste y yo lo hice porque quise. Me imagino que tú también tendrías los mismos motivos para todo eso que expones. Gracias por leerme, un abrazo.
    Jordi Alcover

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