Lectors

viernes, 11 de julio de 2014

Intentos

Me subo al tren de costumbre. Siempre mucha gente. Siempre lleno. Siempre un tren corto, de poca capacidad, que va siempre hasta arriba. Siempre para en todas. Parece que hay razones para explicar todo eso, pero las caras de resignación o fastidio de todos los viajeros, siempre absortos como yo en la.luz de sus móviles, no deja espacio ni tiempo para excusas que se parecen demasiado de una vez a otra.

El pasajero de enfrente se hurga con ahínco la nariz. Estoy por preguntarle si quiere la barrena, como me decía mi madre cuando era pequeño. Prefiere concentrarse en el intento de acabar con ese moco rebelde que dejar de revolver estómagos ajenos, por eso no levanta la vista del móvil, que al menos maneja con el dedo pulgar de la otra mano. Me equivoco al pensar que esta clase de fenómeno es más o menos nuevo? Sus auriculares le ayudan a ignorar al resto de la humanidad entera, a sentirse como en el salón de su casa.

Ya lo dijo Gabriel: debo ser de los que tienen asco hasta de su propia mierda, como Fernanda del Carpio.

Al salir una chica apura su cigarrillo antes de entrar en el andén. Tira la colilla después de varias caladas atropelladas, roñosas, dependientes, adictas. Cae fuera del cenicero. En un gesto impulsivo intenta pisarla, pero no acierta. A la segunda tampoco, al final la deja en el suelo, después de querer apagar al menos la brasa. Pero falla, se queda encendida.

No sé si me apetece ya escribir sobre vino. La primera razón es que intento dar un contenido diferente, que no sólo contemple la cara rosa de la vida. La in-cultura en la que vivimos consigue que en todas partes triunfen, sin embargo, los blogs-mamada. Como en facebook, donde se limpian los bajos unos a otros en corrillo. La segunda es que me aburre, me desmotiva. El sector entero espera ese tipo de información, se siente cómodo con ella. Yo no sabría hacerlo, sólo de pensar en escribir con el único objetivo de decirle a la gente cuánto me ha gustado un vino o lo bueno que es, me dan ganas de vomitar. No podria conformarme con el intento de hacer un blog, con el intento de que sirva para algo.

Me gusta más conseguir cosas. Aunque luego nos nieguen cualquier logro, o se lo atribuyan directamente sin pudor alguno.

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