Es agotador. Parece que hubiera una corriente muy fuerte esperando que abriéramos las ventanas para ponerlo todo patas arriba. Lo que parecía que servía para algo no sirve para nada. Lo que parecía que no servía para nada resulta que tiene cualidades que no esperábamos.
Es agotador. Pero aclara las dudas. Debe ser cosa de haber introducido nuevos parámetros en la actividad. Aclara las dudas, las elimina, saca a la luz a quien se acerca motivado sólo por su propia miseria, te permite depurar tu entorno con más acierto, ser más quirúrgico.
De momento ya van tres catarsis este año. Una, aclarada en los términos básicos mediante una conversación que establece un pacto de respeto mutuo y de no agresión. Las otras dos, conflictos latentes pendientes de resolver desde hacía ya tiempo.
De los conflictos salen muchas veces efectos altamente positivos. Estos tiempos tan ñoños no saben manejarlos, ya que en cuanto hay un enfrentamiento la mayoría de las personas piensa que no puede salir nada bueno de algo así. Discrepo; siempre que sea puramente verbal es productivo, si se quiere pensar al mismo tiempo. Es evidente que el propio pensamiento está sesgado actualmente, pero es interesante analizar la posición de un contrario cuando se opone a la tuya. Ayuda a comprobar tu grado real de diferencia. Y de paso, defines: te pones colorado una vez, y no cien amarillo, que eso hace mucho daño en todo el cuerpo. La mayoría rehuye el choque y lo paga en la salud, a largo plazo, de tanto tragar la mierda ajena. Yo hace tiempo que decidí no hacerlo.
Que corra el aire fresco, pues. Hay que ventilar todas las habitaciones, invitar a gente nueva, aprender de los errores y seguir adelante. Y el que venga, que lo haga con ilusión y ganas de trabajar: si ha de ser con verborrea, recelo, engaño, pereza, incluso con un punto de rabia que raya la envidia, mejor que se pierda en el bosque un rato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario